Su movimiento de rotación es más rápido en la zona ecuatorial, dando una vuelta cada 25 días, que en los polos donde el giro de su masa se produce cada 34 días.

La atmósfera solar se compone de tres capas principales: la fotosfera, la cromosfera y la corona, siendo éstas dos últimas, más externas y visibles durante los eclipses de Sol.

La actividad solar varía lentamente, caracterizándose principalmente por la formación de las manchas solares, protuberancias y filamentos en la corona. La aparición de estos fenómenos de actividad solar, obedece a leyes de frecuencia, latitud y polaridad magnética, características de los ciclos solares, cuya duración es aproximadamente de 11 años.

La radiación solar está compuesta por ondas y su análisis puede revelar gran información acerca de las propiedades físicas del Sol, por ello se toman medidas cada día desde diferentes observatorios en la Tierra y en diferentes frecuencias, siendo dicha radiación en determinadas frecuencias o longitudes de onda, la causante de la formación de la ionosfera, la cuál es responsable a su vez de la propagación HF. En dicha radiación, además de las ondas de radio, podemos distinguir por su longitud de onda:

Rayos X duros, con una longitud de onda inferior a 10 nanometros (nm).
Rayos X blandos, con una longitud de onda comprendida entre 10 y 30 nm.
Extrema Ultravioleta, con una longitud de onda entre 30 y 120 nm.
Ultravioleta, con una longitud de onda entre 120 y 400nm.
Visible, con una longitud entre 400 y 700nm.
Infrarroja, con una longitud de onda entre 700 nm y 1 mm.

Una de las frecuencias en las que día a día de toma medida de la radiación solar es en los 2.800 MHz o (10,7 cm de longitud de onda), considerándose que dicho flujo es el índice que mejor indica la intensidad de la radiación ultravioleta, principal responsable de la formación de la ionosfera en sus zonas más altas, siendo la radiación dada en los 2.800 MHz directamente proporcional al número de Wolf (número relacionado con la cantidad de manchas presentes en la superficie del Sol), pero debido a que los “altibajos” que se dán en los valores del número de Wolf, son más pronunciados que la variaciones dadas en el Flujo solar de 2800 MHz, éste es una cifra más estable y fiable a la hora de realizar cualquiér cálculo en el tema de la propagación HF, aunque ambos son válidos.

A lo largo de un ciclo solar, las manchas solares se desplazan sobre el disco, variando su número, forma y dimensiones, siendo su evolución la siguiente a lo largo de éste: Cuando comienza un ciclo de actividad, éstas, aparecen en latitudes elevadas, comenzando a descender hasta los 10º y 30º de latitud solar aproximadamente en la época de máxima actividad y situándose finalmente próximas al ecuador al final del ciclo, siguiendo en cada uno de éstos una ley de polaridad inversa al anterior y conociéndose como "Constante Solar" a la cantidad total de energía por segundo para todas las longitudes de onda que se recibiría en la parte superior de la atmósfera terrestre cuando la Tierra está situada a su distancia media del Sol, siendo su valor de unos 1.370 W/m2.

La mayor parte de la radiación solar es emitida en el rango visible del espectro y en el infrarrojo o cercano al mismo, siendo la radiación ultravioleta aproximadamente un 1% del total, todas las demás longitudes de onda lo hacen con una pequeñísima fracción de otro 1%.

EL Sol y compañía:

La música la toca el Sol,
bailan los electrones
y con pasos muy concretos
acompañan los iones.
A veces, cosas que pasan,
se le escapa algo de viento
alterando más o menos
a todos el movimiento.
Cuando éste mira a la Tierra
muchas veces la sonroja,
y ella en la oscuridad
disimula con auroras.
A pesar de todo ello,
en el baile continúan
y se hace el despistado
al decir adiós a la Luna.

Alonso Mostazo Plano.